jueves, 22 de noviembre de 2012












GRAFFACÉTICO


Mezcla de lo natural y artificial, paisajes nativos recuerdo del Perú como la pampa y el San Pedro, como las chozas y los cerros, los soles que queman y los pájaros libres vuelan.
Un tigre para la fuerza y agilidad que nos falta, un camaleón sinónimo de colores que resaltan.
Cielos estrellados, soleados y especiales, para salir de lo monótono y hacerlo diferente y entretenido, la flora típica adaptada a nuevos tiempos y ciudades, ríos y mares que nos recuerda la época en la que estamos y como vivimos. Contrastes no solidarios.
Focos de luces y vivos colores acentúan la vida de lo añorado. Pocas sombras, y casi nada gris, ya que así es el periodo que pasamos.
Herramientas básicas de un escritor de graffiti de raza, rotuladores, aerosoles y plantillas son las armas que utiliza para la ejecución de sus deberes. Como nota decir que casi día a día le pasan por la cabeza formas, trazos y colores.
Al mal tiempo, buena cara… Eso nos quiere decir el Graffiti de Krudel Lainez cargando de libertad, espontaneidad, facilidad y soltura, en su serie de “Graffacético”.

El Graffiti de su vida, que le hizo hacerse adulto lentamente, le enturbiaba la cabeza siempre, no le dejaba ver lo que ocurría en la sociedad hasta sorprenderse. Inocente absorbido por su realidad de tapar con color la frialdad de los muros de su ciudad. Urbano de arte, rural de pensamiento en lo cotidiano y simple de formas, desentonan en su supervivencia con locuras e intervenciones…
Ahora padre de familia, orgulloso y enamorado, gracias al Graffiti de su vida…

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